RED FIC
Testimonio Colectivo
Para el día 3 de mayo, en el sector de la Luna, se estaba realizando una concentración masiva de personas para marchar, llegó la minga, madres realizaron una olla comunitaria, sectores populares y barriales se alistaron para salir a una gran movilización. Sin embargo, el reporte de comités de comunicaciones generó alertas. El ESMAD había arremetido contra la movilización que pretendía salir del sector, arremetida que generaría un punto de concentración y de pugnas violentas entre las fuerzas policiales y los y las manifestantes. Por tal razón, determinamos salir en dos triadas dado que el punto era muy amplio para su cobertura.
En nuestra labor, un grupo realizaba tareas de verificación/observación y los demás nos encontrábamos en la recuperación de personas laceradas/impactadas por los instrumentos de dispersión de la policía. Una de las tantas curiosidades de este punto, fue la organización del equipo médico y primer respondiente, instalado en una calle cercana al lugar de confrontación. Allí, un equipo de paramédicos atendían casos de ahogo o golpes sutiles y en un punto más alejado, dentro de una casa, se instaló una especie de hospital, con médicxs con conocimientos y licencias para realizar cirugías que implican un cuidado mayor.
Aproximadamente a las 9 de la noche, se conoció por filtración de un mensaje de un policía que se estaban quedando sin munición no letal, por lo cual las personas del punto de resistencia empezaron a ganar terreno. Este fue un momento de angustia constante, pues la policía, al sentirse acorralada, disparaba directamente y de manera indiscriminada contra todo lo que se moviera hacia el lugar donde se encontraban lxs manifestantes. Fueron disparos de pistola sin descanso durante aproximadamente 40 minutos.
Como RedFIC, solo pudimos correr y poner a salvo a quienes nos encontrábamos en mal estado o desorientados. Nosotrxs nos replegamos y buscamos refugio sin dejar de estar pendientes del punto. Después de ese momento, se conoció cómo la policía prendió fuego al hotel donde anteriormente se encontraba guardando su material y resguardándose; el mismo lugar donde horas antes saldría un sujeto a agredirnos con una granada en la mano. De igual manera, pudimos evidenciar el asesinato de un joven, múltiples personas heridas y el creciente odio a la fuerza pública de lxs vecinos del sector.
Este día, tras estar en el sector La Luna, todo viró en una noche de terror, pues se evidenciaba la violencia policial, civiles armados, disparos con silenciador, ataque a las brigadas médicas. El caos que se generó limitó nuestro ejercicio de defensa de DDHH, llevándonos a decidir conscientemente quedarnos en un sitio para salvaguardar la integridad.
Con la moral ya derruida recibiríamos una noticia que aumentó la zozobra: el ataque a defensores de DDHH en la estación Fray Damián que afectó directamente a la Red FIC. Nuestra coordinadora Darnelly Rodríguez fue víctima de abuso de fuerza policial y aún cuando se estableció que estaba fuera de un peligro inminente, la noche se hizo más larga por no saber concretamente qué sucedió hasta que amaneciera y poder reencontrarnos todxs para poder ver a nuestra amiga, a nuestra compañera, que aunque adolorida y asustada por los impactos de arma traumática en su cuerpo, asumía la reunión donde definiríamos cuál sería nuestro accionar los siguientes días. Todo esto hizo que ese 3 de mayo fuese uno de los días más difíciles para afrontar colectivamente, de esos días que llevan a las organizaciones a replantearse.
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