Corte Constitucional estudia el caso de una estudiante de medicina discriminada por un episodio de consumo de sustancias
- Temblores ONG
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Sofía es una estudiante de medicina que fue discriminada en la Universidad del Rosario y en la Fundación Cardioinfantil tras haber informado sobre un episodio de consumo de sustancias. Como consecuencia, fue suspendida de sus rotaciones, su historia clínica fue divulgada sin su consentimiento y hoy está imposibilitada para continuar con su carrera.
Su caso se remonta a 2023, cuando un jefe de servicio de sus rotaciones le manifestó que no tenía las habilidades necesarias para ejercer la medicina. En una ocasión, le mencionó que debía reconsiderar su elección de carrera y que “mejor se fuera a lavar loza”. Este trato discriminatorio llevó a Sofía a tener un episodio de consumo de sustancias, ante el cual presentó una incapacidad médica para ausentarse de sus rotaciones. Aunque solicitó que su historia clínica se mantuviera bajo reserva, esta información fue divulgada al personal de ambas instituciones y Sofía fue notificada de la suspensión de sus rotaciones bajo el pretexto de proteger “su seguridad y la de terceros”.
Posteriormente, la universidad le exigió iniciar un proceso ante el Comité de Salud y Bienestar para demostrar que no representaba un riesgo y así poder continuar con sus estudios. El trámite se prolongó casi dos meses y, cuando finalmente pudo retomar sus rotaciones, solo pudo cursar la mitad de las horas contempladas en el plan de estudios. Más adelante, el mismo jefe de servicio que la había discriminado y acosado la reprobó en sus rotaciones. Aunque Sofía solicitó una segunda evaluación, la universidad le negó esta posibilidad y bloqueó su expediente para el registro de asignaturas del semestre siguiente.
Desde Policarpa, la clínica de justicia ambulante de Temblores ONG, asesoramos a Sofía para interponer una acción de tutela por la vulneración de sus derechos a la igualdad, educación, intimidad, debido proceso y autonomía personal. En esta acción, argumentamos que la interrupción de sus rotaciones fue el resultado de un trato discriminatorio basado en prejuicios sobre el consumo de sustancias. Ambas instituciones asumieron, sin escucharla previamente, que Sofía carecía de autonomía para decidir sobre su futuro académico y que representaba un riesgo para ella y la comunidad por su episodio de consumo. Estas medidas, lejos de protegerla, vulneraron su derecho a la educación y afectaron su posibilidad de continuar con su carrera universitaria.
Actualmente, el caso de Sofía está en estudio ante la Corte Constitucional, lo que abre la posibilidad de que se adopten medidas que aseguren la continuidad de su carrera y que se creen protocolos específicos de atención para estas situaciones, pues los actuales reglamentos del Rosario y la Cardioinfantil validan un abordaje discriminatorio hacia las personas que usan drogas.
Este caso representa una oportunidad para que la Corte Constitucional reconozca la discriminación estructural que enfrentan las personas que usan drogas en Colombia. Una decisión favorable puede impulsar la construcción de sistemas de apoyo efectivos dentro de las instituciones educativas, la incorporación de mecanismos de reducción de daños para las personas usuarias y permitiría alertar sobre la necesidad de crear entornos seguros que eviten que las personas sufran represalias por sus experiencias de consumo.
Para mayor información escribir al correo: daniela.rojas@temblores.org