Cada ocho de marzo nos movilizamos por los derechos de las mujeres que hasta ahora hemos alcanzado y los que faltan por alcanzar. Desde Temblores ONG este año marchamos con un propósito claro; denunciar y visibilizar cómo el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali ha intentado silenciar las voces de varias estudiantes que en un acto de valentía, denunciaron las violencias basadas en género que han sufrido por docentes de la institución.
Así es. El 7 de mayo de 2024, una estudiante de diseño gráfico de la universidad publicó en sus redes sociales una denuncia de violencia sexual en contra de un profesor y contó que, más de un año después de haber activado la ruta de violencias basadas en género, la institución tomó la decisión de archivar su caso por supuesta “falta de pruebas”.
Debido a la indignación que generó esta denuncia, la comunidad estudiantil convocó a un plantón en el edificio administrativo de la universidad. Varios estudiantes participaron alertando sobre la falta de seguridad brindada por la institución e hicieron un ejercicio de denuncia y escrache en contra de varios docentes en las paredes del campus.
Unos días después, la universidad prohibió el ingreso al campus de algunas personas que participaron en los plantones y envió correos masivos a estudiantes que participaron en las manifestaciones informando que les abrirían procesos disciplinarios por haber dañado las instalaciones de la universidad y por haber amedrentado al personal administrativo y a menores de edad del conservatorio de música.
Desde Policarpa, nuestra clínica de justicia ambulante, asesoramos a tres estudiantes para interponer una acción de tutela contra Bellas Artes por la vulneración de sus derechos a la protesta, a la libertad de expresión, al buen nombre y al debido proceso y, desde entonces, la universidad ha tomado acciones represivas en contra de las estudiantes que interpusieron la tutela. Una de las estudiantes fue expulsada de la universidad y otra estudiante fue citada a una reunión donde le informaron que debía realizar una disculpa pública y que le dejarían una nota permanente en su hoja de vida.
Aunque la acción de tutela fue negada en dos instancias, la Corte Constitucional seleccionó este caso para su revisión, razón por la cual, creemos que el sistema judicial tiene una oportunidad de sentar un precedente histórico sobre la garantía de los derechos de las personas que denuncian violencias basadas en género, y conforme a esto, que se proteja nuestro derecho a expresarnos y manifestarnos libremente como herramienta de denuncia, sin represalias ni intentos de censura. Por último, le pedimos a la Corte ordenar, no sólo la debida investigación y sanción de estos hechos, sino también, la correcta activación de los protocolos universitarios para atender violencias basadas en género.
Con este propósito saldremos de nuevo este 8M, porque aunque nos quieran silenciar ¡Ni Bellas ni calladas!
Fanzine Ni Bellas Ni Calladas
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